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NUESTROS CONTEXTOS DE CAMBIO

Hemos decidido cambiar, hemos decidido actuar, entonces ¿Cómo empezar? ¿Dónde iniciar? ¿Dónde promover nuestro esfuerzo y dinámica?

Estas y muchas otras preguntas vienen cuando enfrentamos la idea de querer cambiar o de querer ser agentes de cambio, cuando enfrentamos la tarea con los recursos que poseemos y aunque a muchos nos emocionan también nos atemoriza, y quizás algunos esto asta nos frustre. Entonces para empezar a ser proactivos y poder enfocarnos, tenemos que prestar atención a nuestro alrededor, tenemos que someternos al hecho de que Dios ya puso de su empeño en nosotros, Jesús ya comenzó ese deseo de cambio, esa inconformidad por algún área de nuestra vida, familia o comunidad, esa hambre de expansión y alcance.

Filipenses 1:16

“Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.”

Hay una gran frase: “si el cambio se resiste, pónselo fácil.” De aquí que desaprender, aprender algo nuevo, dejar un mal hábito, adquirir otro más saludable, iniciar nuevos comportamientos, dar el primer paso para lograr algo, son retos a los que nos enfrentamos continuamente. Hay miles de recetas para el cambio y casi todas ellas relacionadas con los aspectos internos: o sea con los pensamientos y las emociones, no hay duda de que siempre será dificultoso tomar el primer paso y decidirse a iniciar algo nuevo. Pero existe un gran poder en nuestra actitud si de verdad queremos lograrlo, y es en este poder de cambio en lo que nuestro contexto toma forma.

Es posible modificar el comportamiento mediante cambios conscientes en nuestro contexto, para que actúen como disparadores inconscientes en la dirección que queremos caminar.  En la sabiduría popular vendría a encajar con el refrán “Quien evita la tentación, evita el peligro”. O sea, promueve el cambio en tu contexto y esto será como promover desarrollo y crecimiento en tus áreas de trabajo.

Ejemplos:

  • Si estas a dieta será más fácil que no te la saltes si vas a dar un paseo, que si te quedas en una cafetería.
  • Si quieres adelgazar confecciona una lista de alimentos prohibidos y llévala cuando vayas al supermercado para no comprarlos, lo cual reducirá las posibilidades de ingerirlos en casa.
  • Si limitamos la exposición a los factores que generan una determinada conducta que queremos cambiar, limitamos la probabilidad de que dicha conducta se produzca.

Cada contexto da lugar a respuestas automáticas e inconscientes, reacciones en lugar de elecciones. Cambiar el contexto o modificarlo es otra forma de cambiar los patrones de esa respuesta automática.

Ahora esto también aplica para nuestra vida espiritual, si queremos ver cambios y desarrollo debemos promoverlos, debemos esforzarnos a alcanzarlos, y debemos hacerlo inteligente y sabiamente.

Queremos ver un cambio en nuestra sociedad, queremos ver cambios en nuestra comunidad, familia e iglesia, debemos preguntarnos entonces: ¿Qué estás dispuesto hacer para promover el cambio? ¿Qué estás dispuesto a cambiar en ti, que beneficie a los demás? ¿hasta donde puedo ser un sujeto de la transformación?

1 Samuel 10:6

“El Espíritu del Señor vendrá sobre ti con poder, … y serás trasformado en una persona diferente”

Todo cambio inicia en nosotros, desde nuestro interior, ahí es donde lo promovió nuestro creador.

Ejemplos hay muchos, pero me atrevo a decir que el apóstol Pablo, es quizás el ejemplo mayor de poder usar nuestro contexto para promover el cambio en otros, desde su forma de predicar e influencia, su educación y sobre todo las relaciones personales que forjo, mantuvo y promovió para un beneficio común y eterno, ejemplos de estas en su carta a los Romanos cap. 16.

Hay factores que influyen en nuestro contexto a los cuales tenemos que prestarles atención:

Fuentes de información, circulo de influencia, cambiar las opciones, asociaciones emocionales, así que pequeñas modificaciones en el contexto en el que se debe producir el cambio, suponen a veces el empujón clave que éste necesita.

¡Actuemos pues, generando el cambio!

No seas espectador de las crisis, sino protagonista del cambio.

Sergio Morales.

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